Rogelio López, presidente de Grupo Samaca: "No creo que en la pizarra hayamos llegado a nuestro techo tecnológico"

Iniciamos una nueva sección en nuestra web con entrevistas a los responsables de las principales pizarreras gallegas. Con más de 50 años de experiencia en el sector, Rogelio López, presidente de Grupo Samaca, empresa ubicada en Trigal (Carballeda de Valdeorras) aborda en conversación con nuestro Clúster la “brutal” evolución que ha vivido el sector en las últimas décadas.

1.- ¿Cómo fueron sus comienzos en el mundo de la pizarra? ¿Cuántos años hace que se dedica al sector?

Mis comienzos son los del sector, prácticamente, se podría decir que soy uno de los primeros. Empecé a trabajar en el año 1966, cuando todavía no había vehículos para sacar la pizarra de las canteras, había que usar caballerías para llevar la pizarra desde el punto de extracción al punto de carga.

2.- ¿Cómo ha vivido la evolución de la pizarra desde que usted empezó a trabajar en ella hasta ahora? ¿En qué ha cambiado y en qué ha mejorado el sector?

La evolución ha sido brutal. Para empezar, hoy hay un nivel de exigencia que antes no existía. Me refiero a exigencias de todo tipo, desde medioambientales a laborales, pasando por propiedad de terrenos o permisos. Al principio, prácticamente se podían coger las herramientas, echarse al monte en busca de la cantera y ponerse a arrancar piedra.

Con las exigencias de hoy, probablemente no habríamos podido ni empezar a trabajar cuando lo hicimos hace más de 50 años. De aquella, las exigencias eran mucho más laxas y gracias a eso se pudo poner en marcha el sector. Por supuesto, según se fue elevando el nivel de exigencias, nosotros y todo el sector nos fuimos adaptando e incorporándolas en nuestro devenir diario y actualmente las cumplimos a rajatabla. Esa es, en mi opinión, la evolución más llamativa en el sector pizarrero desde que empecé a trabajar.

Las mejoras son brutales: antes para ir a las canteras había que ir caminando 8 o 10 kilómetros o más; había gente que se iba el lunes temprano, dormía en la cantera durante la semana laboral y el fin de semana regresaba a casa. Después llegó la regulación de horarios y jornadas de trabajo; se incorporaron máquinas y vehículos para la extracción, transporte y tratamiento de la pizarra; se mejoraron las vías de comunicación; se empezaron a construir naves cada vez más modernas, más grandes y mejor equipadas.

Para mí, el cambio más importante fue el tecnológico. En los años 60, el único país que tenía algo de tecnología en este sector era Francia. Con esa tecnología primigenia, nosotros, y me refiero a las diferentes empresas que operamos en Valdeorras, fuimos implementando nuevas mejoras. Poco a poco, sin grandes avances de golpe, pero ayudándonos entre todos: si uno de nosotros hacía algo que iba bien, le enseñaba a los demás y los demás lo incorporaban. Fue una mejora continua, poco a poco. En la actualidad, la tecnología más avanzada del mundo en lo referido a la pizarra se produce aquí y se exporta a todo el mundo.

Visto hoy, eso parece casi ciencia ficción. A partir de esa situación inicial, con mucho esfuerzo y trabajo, se fue mejorando.

3.- ¿En qué medida las empresas pizarreras fortalecen a la comarca de Valdeorras?

La comarca de Valdeorras y también la del Bierzo, porque los filones que tenemos aquí cruzan de una comunidad a la otra, le deben mucho al sector de la pizarra. Y no sólo por la producción de pizarra propiamente dicha, si no por todo lo relacionado con la misma y que genera una cadena de valor en estas dos comarcas. Pensemos por ejemplo en el sector del transporte: algunas de las empresas más importante de Galicia son valdeorresas y han salido adelante porque tenían asegurado el transporte de ida a diferentes países de Europa, llevando pizarra, y solo se tenían que preocupar de encontrar carga para el retorno, por ejemplo piezas para las empresas de la automoción de la zona de Vigo.

O pensemos en otros sectores como talleres de construcción y reparación de maquinaria, que también han nacido y crecido alrededor de la pizarra. En definitiva, la pizarra ha marcado un antes y un después en el desarrollo de la comarca de Valdeorras y claramente ha sido a mejor.

4.- ¿A qué retos debe hacer frente el sector para continuar modernizándose en la siguiente década?

Yo confío en la mejora continua de la tecnología. No creo en los grandes inventos rupturistas, sino en la pequeña mejora día a día. Esa mejora tecnológica constante es lo que está facilitando que la forma de trabajar en el presente no tenga nada que ver con la de hace décadas, es mucho más sencilla y agradecida para el trabajador. Tampoco creo que hayamos llegado a nuestro techo tecnológico, creo que todavía hay mucho camino por recorrer en ese aspecto.

5.-¿Cuáles son los principales activos de la pizarra gallega?

Los principales activos son la calidad del producto y la abundancia de los filones. El problema es que los filones, aun siendo abundantes, llega un momento en que el coste de producción puede hacer inviable su explotación. No obstante, en algunos casos, es posible recurrir a la explotación subterránea. En Grupo Samaca, por ejemplo, estamos empezando a explotar una cantera subterránea, que tiene un innegable coste económico frente a la explotación a cielo abierto pero también tiene ventajas, como la menor generación de escombros. Las canteras que podemos elegir entre la explotación a cielo abierto o subterránea tenemos un futuro más prometedor que las que no se pueden permitir esa elección.

6.-¿Cuáles son los principales puntos fuertes de Pizarras Samaca?

Nosotros somos un grupo muy equilibrado: tenemos reservas muy importantes, calidades muy demandadas en toda Europa y tenemos los diferentes tipos de pizarra para abastecer la demanda existente. Tenemos también instalaciones, que de hecho tienen capacidad de crecimiento, puesto que actualmente solo las estamos utilizando al 60 o 70 por ciento con respecto a la capacidad previa a la crisis de 2008. Tenemos una fábrica cerrada que vamos a reabrir con la nueva explotación subterránea, porque creemos que es momento de recuperar el volumen previo a la crisis, de hecho estamos ahora mismo en un punto en que nos cuesta atender los pedidos, por lo que la reapertura de la esa fábrica nos viene muy bien. En resumen, tenemos una capacidad de crecimiento muy importante sin necesidad de muchas inversiones porque ya las teníamos hechas anteriormente y porque tenemos una clientela muy estable; la mayoría de nuestros clientes llevan más de 30 años trabajando con nosotros y estamos habituados a fabricar lo que ellos necesitan, por lo que nos entendemos perfectamente con ellos.

7.-¿¿Cómo valora el trabajo que realiza el Clúster de la Pizarra de Galicia?

Lo valoro muy positivamente. El Clúster es una organización en la que participamos casi la totalidad de los productores y nos sirve para intercambiar información y afrontar los problemas comunes de la mejor manera posible. La verdad es que el Clúster nos sirve para hacer fuerza como sector industrial, lo que siempre nos viene mejor que ir cada empresa por su cuenta a hacer su propia lucha